
Cómo ganar amplitud con el color en cocinas pequeñas
Nuestros diseñadores e instaladores de Davinia se enfrentan en ocasiones al reto de gestionar proyectos de cocinas para las que se cuenta con un espacio muy reducido. Y aunque pueda parecer lo contrario, en estos casos también podemos convertir la cocina en una estancia luminosa y sorprendentemente amplia gracias, entre otros aspectos, a la elección de los colores adecuados.
Y es que, en el ámbito del interiorismo, el color no es solo un componente decorativo: es una herramienta muy poderosa que nos permite modificar la percepción del espacio.
Veamos de qué manera podemos ganar amplitud con el color en cocinas pequeñas.


El blanco es el gran aliado
El blanco, en todas sus tonalidades (puro, roto, tiza, hueso, marfil, crema, etc.), es el mejor amigos de las cocinas pequeñas. Su capacidad para reflejar la luz natural y artificial lo convierte en una elección infalible cuando se desea agrandar visualmente un ambiente.
El blanco no solo ilumina, sino que transmite limpieza, orden y continuidad, que son cualidades especialmente valiosas en espacios reducidos. Para evitar la frialdad que en ocasiones se le atribuye, puede combinarse con detalles en madera clara, mármol o textiles cálidos.
No obstante, reducir la paleta únicamente al blanco sería renunciar a matices de gran belleza.

El papel de los tonos neutros
Los tonos neutros suaves, como los beiges, los grises perla o los cremas, ofrecen una alternativa refinada y atemporal. Estas tonalidades aportan calidez sin sobrecargar visualmente el entorno y permiten crear contrastes delicados con encimeras o revestimientos.


Un toque de color
El uso del color también puede dirigirse estratégicamente para definir zonas o acentuar elementos. Un tono ligeramente más oscuro en la parte inferior del mobiliario —como un gris piedra o un verde salvia apagado— combinado con muebles superiores más claros, genera profundidad sin sacrificar la sensación de amplitud.

Consejos para cocinas muy estrechas o con poca luz natural
En estos casos conviene evitar los colores saturados o muy oscuros en superficies extensas, ya que absorben la luz y acortan visualmente el espacio. Si se desea incorporar colores intensos, es preferible hacerlo mediante pequeños elementos decorativos, vajilla a la vista o una pared acento bien medida.
Otro recurso eficaz es el uso del acabado adecuado. Los tonos claros con terminación satinada o ligeramente brillante reflejan mejor la luz que los acabados mate, multiplicando la luminosidad y aportando una sensación de limpieza constante.



Equilibrio en la paleta de colores
Finalmente, no debe subestimarse la importancia de la coherencia cromática. Una paleta bien definida, sin estridencias ni contrastes excesivos, favorece la continuidad visual y contribuye a que la cocina se perciba como un espacio más abierto y ordenado.
Elegir los colores para una cocina pequeña es un ejercicio de equilibrio y sensibilidad. Con buen criterio, incluso el rincón más modesto puede transformarse en un espacio amplio, acogedor y lleno de estilo.
Esperamos haberles servido de ayuda con estos consejos para ganar amplitud con el color en cocinas pequeñas. No duden en venir a visitarnos a nuestra exposición de cocinas de Madrid, situada en Paseo de la Castellana 98, donde recibirán la atención personalizada de nuestros diseñadores. ¡Les esperamos!